Jesús Bastante Liébana (Autor)
Cisma, de Jesús Bastante Liébana. Conocer la historia de Lutero, novelada
El libro Cisma, de Jesús Bastante Liébana, narra la historia del Cisma de Occidente de forma rigurosa, novelada con mesura. La historia novelada es una manera agradable de establecer un primer contacto con cualquier temática. Reconozco que tengo especial afecto por esta forma de literatura, y más aún cuando, como en este caso, el autor es respetuoso con la realidad de los hechos.
El siglo XVI da para miles de buenas narraciones, y de hecho existen. El conflicto religioso que se produce a partir de las codicias de los monarcas y príncipes de los estados modernos da para mucho.
En contra de lo que pudiera parecer, el protestantismo que promovió Lutero, y otros antes que él, no tiene su fuerza en la búsqueda personal de estos católicos que se rebelaron contra la corrupción vaticana. Las herejías son tan antiguas como cualquier religión, incluida la cristiana; siempre las hubo y siempre las habrá. La razón por la que determinadas escisiones triunfan es porque existe un poder temporal tras ellas al que conviene su defensa.
De esta forma, Lutero fue respaldado por los príncipes germanos, y Enrique VIII vio campo sembrado para aumentar su poder político manejando la religión a costa de matar su supuesto amigo, Tomás Moro, entre otros. No tuvo Juan Huss, por ejemplo, la suerte de Lutero. Gastaban pocas bromas los reyes y los poderosos cuando de sus intereses se trataba; vamos, más o menos igual que hoy.
Aunque no hay mención explícita a estas reflexiones, Cisma, de Jesús Bastante Liébana, permite llegar a las conclusiones que he explicado y muchas más. Ya digo, es un buen relato de los acontecimientos.
Los personajes
El conflicto de intereses políticos se movió entre cuatro núcleos de decisión: El papado, el emperador Carlos V, el rey francés Francisco I, y los príncipes alemanes dirigidos por Federico de Sajonia, protector de Lutero. Como secundarios actúan el archiduque de Austria, Fernando, hermano de Carlos V, y el pescador en río revuelto Enrique VIII. Lutero, con sus altibajos espirituales, es una excusa para la discusión y la ruptura interesada. Cisma, de Jesús Bastante Liébana, retrata perfectamente sus papeles respectivos.
Puesto que el protestantismo existe en múltiples variantes, como bien se sabe, no desvelamos ningún final. La historia la conocen todos. Sólo decir que, a pesar del Concilio de Trento y la Contrarreforma para poner orden en la Iglesia, los que denunciaron con verdad la venta de indulgencias y otros desmanes reprobables, una vez desaparecido Lutero y reconducida la situación, mantuvieron su protesta hasta hoy. Y lo hicieron frecuentemente con la violencia extrema de reformadores y seguidores (no Lutero), quienes asesinaron y torturaron sin juicio a cientos de miles de personas en toda Europa, dejando en ridículas las cifras de condenas de la Inquisición, que iba de mano de la autoridad civil (otra conveniencia de los monarcas y nobles).
Un enigma permanece en esta historia: ¿Qué habría pasado si hubiera tenido lugar la conciliadora reunión programada entre Lutero, Carlos V y el papa Adriano? Hubo a quien no le interesaba.