El origen de la vida, de Oparín

Aleksander Oparín (AUTOR)

El origen de la vida, de Oparín

La reciente lectura de El origen de la vida, de Oparín, ha reforzado mi creencia en la existencia de una causa primera inteligente que generó el Universo.

Hace pocas semanas debatía con un materialista sobre el asunto del origen del Universo. Decía yo que:

Hace falta más fe para CREER que la materia que nos rodea es eterna (o se ha autocreado) y después ha producido la vida, que para CREER que existe Dios. Un ser, por llamarle de alguna forma, inteligente y creador.  

Mi oponente pedía que le demostrara la existencia de Dios, y yo respondía que es indemostrable. Que lo mío es una creencia con una base razonable. Pero ofrecí que si él me demostraba la eternidad de la materia o sus dotes mágicas, yo me cambiaba de bando. Contestó que él no tenía que demostrar nada. Que no sabía cómo había surgido el universo, pero lo mío no era razonable.

El argumentario materialista

A menudo, el argumentario materialista me recuerda a un famoso chiste. Se encuentran dos animales y uno le pregunta al otro:

-¿Tú qué eres?

-Un perro lobo.

-¿¿¿Y eso???

-Mi padre era un perro y mi madre una loba. ¿Y tú?

-Un oso hormiguero.

-¡Anda yaaa!

El origen de la vida, de Oparín

Sorprendente. Refutar la existencia de Dios, un misterio difícil de creer, mediante la magia de la materia, que es un misterio muchísimo más difícil de creer. Yo sólo veo dos opciones: O la materia tiene dotes eternas, divinas e inteligentes; o existe un Dios creador. No conozco ningún filósofo o científico que haya aportado otra, y racionalmente no veo otra. Simplemente elijo la que me parece más creíble.

Y en esto veo en mi librería El origen de la vida, de Oparín. Es una obra escrita en la URSS de entreguerras. Su autor, Alexander Oparín, fue un eminente bioquímico soviético. La leí con motivación y, lo dicho, me reafirma en mis convicciones.

La religión del cientificismo

Es habitual que científicos famosos o famosos no científicos, con su capacidad divulgativa por las nubes debido al éxito, se metan a filósofos, teólogos u otros asuntos de los que no tienen más autoridad que cualquier hijo de vecino.

Lo hemos visto con Hopkins o con Dawkins¿Valen más sus testimonios religiosos o creencias que los de cualquiera de los millones de seres humanos que creen en Dios? Ni en broma. Mejor harían en soslayar preguntas que salen de su ámbito. O, como mucho, dejar claro que no tienen pruebas y simplemente creen en esto o aquello.

A lo que vamos. El origen de la vida, de Oparín intenta explicar el origen de la vida, claro. Algo tan misterioso como el origen de la materia, o el origen de la vida inteligente. Y su base es, naturalmente, materialista. Pero, lamentablemente, no se sostiene. La obra es sencillamente pueril, y por eso muy interesante para descubrir la esquizofrenia de los argumentos cientificistas. Un transcendentalista razonable nunca intentará demostrar la existencia de Dios. Y lo mismo deberá hacer un materialista razonable con lo contrario.

Sus extraordinarios conocimientos de química orgánica no demuestran ni uno solo de los saltos cualitativos de la materia que expone en su obra. Los propios científicos le han criticado y ensalzado por sus estudios. Lo que me parece sorprendente es que defensores del método científico admitan hipótesis que no pasan de ahí, de meras suposiciones.

Así pues, El origen de la vida, de Oparín echa mano de expresiones como:

“…aparecieron, con toda seguridad, nuevas relaciones entre las distintas moléculas”; “…ni tan sólo la débil concentración de las sustancias orgánicas... debió suponer un obstáculo”; “…gotas de coacervados se separaron, con toda seguridad”.

Sería interminable la cantidad de expresiones como las señaladas que declaran posibilidad subjetiva, probabilidad, elucubraciones. Así pues, falta de demostración y de método científico.  

Política en la ciencia

Puesto que fue escrito durante la época más oscura del comunismo soviético, critica las religiones, sus explicaciones metafóricas o simples de la creación, los sabios pre-científicos medievales...

No tiene en cuenta que esos pre-científicos eran sus antecesores, y, sí, decían muchas tonterías, como él. Podríamos preguntarle sobre su olvido del ADN, o de dónde sale la energía previa al primer Big Bang de todos los Big Bangs que hayan existido en la historia de los Big Bangs.

En el libro que, repito, es muy interesante y vale la pena leer, encontramos también que todos los grandes descubrimientos y pensamientos caen del lado de los soviéticos y los errados y absurdos están al otro lado. Una postura que se replica en científicos del capitalismo, por supuesto. Otra versión del materialismo.

Es bueno revisar el pasado de la sabia ciencia.

Share