Gherardo Leone (autor)
El padre Pío, de Gherardo Leone. Bella sencillez.
El libro en cuestión, El padre Pío, de Gherardo Leone, subtitulado "Infancia y primera juventud", es, ante todo, agradable, bello y sencillo. Probablemente como lo fue el personaje del que trata. Nació Francesco Forgione di Nuncio, más tarde sería el padre Pío, y tras su canonización, san Pío de Pietrelcina.
Habrá quien conozca al personaje, que, como la mayor parte de los santos, sufrió mucho. Desde muy niño quiso ser fraile capuchino, la más severa regla de la Orden de los Franciscanos. Y nunca cejó en su empeño.
Fue sometido a permanente observación por parte de sus superiores y del mundo laico y público. Algo absolutamente en contra de su vocación ascética y mística. Sin embargo lo llevó con obediencia máxima y sin queja. ¿La razón? Tenía visiones sobrenaturales, bilocaciones, estigmas de la Pasión de Jesucristo, don de lenguas, precognición, clarividencia. Todo tipo de fenómenos preternaturales o paranormales, según quiera calificarlos cada uno.
El libro.
El padre Pío, de Gherardo Leone, dedicado a su infancia y juventud, es una mezcla entre biografía y reportaje. Cuenta sus primeros años y los tiempos en los que entra en la orden hasta que se ordena sacerdote. Como decía, es de gran sencillez de ideas y claridad de exposiciones. Apto para cualquier público, en ocasiones me ha parecido extremadamente simple, y ello me ha obligado a reflexionar en la grandeza de lo simple y verdadero. La vida de san Pío de Pietrelcina es verdadera y muy bella, precisamente por la sinceridad y ausencia de recovecos.
El autor tuvo buena idea en salpicar su obra de fotografías en blanco y negro de los lugares donde transitó.
Un extracto de actualidad.
El padre Pío escribió mucho, y siempre caracterizado por la firmeza de convicciones y claridad de planteamientos. Por tanto eludo reproducir textos del autor para mostrar una reflexión del propio padre Pío con la que me identifico:
"No ha habido en la historia nacional otra época que merezca consideraciones más serias que la que por desgrtacia nos toca vivir hoy. En efecto, ¿por qué cae una nación en las más tristes miserias? Porque en esa nación falta el ejercicio de las virtudes y reina en ella la repugnante escuela del ocio".
Una reflexión
El padre Pío no era un hombre de filosóficos pensamientos, como ningún franciscano. Su característica, como lo es en toda la orden, es el trabajo para los demás y para Dios. Es decir, es un hombre de filosóficas acciones. Un hombre de acción que nunca se miente a sí mismo. Y es interesante reconocer en la la lectura de El padre Pío, de Gherardo Leone, que el pequeño arbolito que nace recto hacia el sol nunca deja de crecer derecho, alto y fuerte, porque sólo actúa en la dirección que le dicta su creador.