Utopía, de Tomás Moro

Tomás Moro (autor)

Utopía, de Tomás Moro

La lectura de Utopía, de Tomás Moro, me conecta con la honradez necesaria para la convivencia de la que habla Cicerón en su “Tratado de los deberes”. Y también, cómo no, con el “distribucionismo” que inventó G. K. Chesterton. E incluso con las reivindicaciones que manifiestan Marx y Engels en su manifiesto.

A Tomás Moro lo mató Enrique VIII por no someter su opinión y conciencia al rey, quien se decía ser su amigo. A partir de ese momento pasó a ser Santo Tomás Moro. Así pues, no hablamos de un filósofo o teólogo cualquiera. Tenemos delante a un hombre que antepone sus ideales a su propia vida, al igual que pensadores de su categoría, empezando por su modelo, Jesús.

Utopía, de Tomás Moro

¿Qué es Utopía?

Como es conocido, Tomás Moro inventó la palabra Utopía, que significa “ningún” (u) “lugar” (topos). Los imaginarios utópicos de Tomás Moro son personas que sí que han aprendido de su historia. Han renunciado a la propiedad privada, respetan todas las religiones, desprecian los vicios. Es un largo etcétera que es mejor leer en el libro.

Su “parecido” al marxismo y su ejemplo para escritores del futuro

Utopía, de Tomás Moro, fue escrita en 1516. Se adelantó cuatro siglos a los enfoques sociales más extremos y el mismo tiempo a novelas inspiradas en la obra, como las obras de Huxley, Wells, Orwell… Es, pues, un auténtico profeta.

Reconozco que Utopía encierra un gran parecido con el marxismo (utópico, le llamaban), o mejor, al contrario. Aunque conviene aclarar la esencia, donde cualquier pensamiento descubre su verdad. Ambos tienen el mismo fin: La justicia social. Se diferencian en el camino.

¿Qué esconde Utopía? El respeto a la libertad individual como un camino para el servicio a la sociedad y el cultivo del espíritu. ¿Qué esconde el socialismo? Que el individuo está al servicio de la sociedad, aun a costa la libertad del individuo, y el materialismo. Sin ampliar observamos  fácilmente la divergencia en el respeto sagrado a la libertad religiosa en Utopía y la agresividad contra las religiones en cualquier socialismo.

Personalmente

¿Quién soy yo para contradecir a Tomás Moro? Nadie. Y no lo haré. Simplemente me gustaría hablar con él sobre las razones por las que en ocasiones puntuales sacrifica la libertad individual o elimina la propiedad privada, que a mí me parecen intocables. Quizás sea un anacronismo debido a los 500 años que nos separan o mis condicionantes culturales.

Algunas perlas de Utopía

Sobre los ricos: “desprecian como locura los honores casi divinos que los hombres, sin deberles nada y sin obligación alguna, rinden a los opulentos, únicamente por ser ricos, aunque conocen su avaricia y tacañería, sabiendo que mientras estén vivos no recibirán de ellos ni un ochavo”.

Sobre el placer: “piensan que la felicidad no se halla en cualquier placer sino en los buenos y honestos (…) La definición de la virtud es ésta: vivir conforme la naturaleza a la cual estamos como guiados por Dios”

Sobre los espectáculos: “Creen que complacerse con el espectáculo de la muerte es propio de bestias”. Añado yo: La muerte incluye cualquier forma de causar dolor físico o moral.

Religión: “Unos tienen como dioses al Sol, otros a la Luna, o cualquier otro planeta… a algún héroe…  pero la mayoría de los más prudentes no adora ninguna de esas deidades y venera un solo Dios. Desconocido, eterno, inmenso, inexplicable, que está muy por encima del alcance de la inteligencia humana”.  “(Utopo) no se atrevió a tomar a la ligera ninguna decisión, por no saber si fue Dios quien, deseando cultos diferentes y variados, inspiró uno a cada pueblo”.

Elecciones: Cada grupo de familias elige a un magistrado, los cuales, a su vez, junto a sus compañeros, eligen al príncipe.

Políticos: “El príncipe es un magistrado vitalicio, expuesto, sin embargo, a que se le destituya cuando se sospeche que tiende a convertirse en tirano”.

Medios de comunicación o grupos de poder: “… vigilan que no se determine nada referente a los negocios públicos que no haya sido anteriormente tratado en el Senado con tres días de antelación. Deliberar sobre los asuntos de Estado fuera del Senado… se condena con la máxima pena”.

Resumiendo: Utopía es una obra excelsa que no debe faltar en la biblioteca.

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